Ser natural es la pose más difícil de mantener. Amaranto
Cuando uno decide que cenar fuera de casa es algo más que alimentarse, entra en la dinámica de la búsqueda y todo vale. Nunca me ha gustado ser el primero en inaugurar un sitio, pero lo curioso de nuestra tierra es que, por lazos del destino todos estamos “condenados” a cruzarnos y recruzarnos, y esto fue lo que pasó con Amaranto…
Hace años, tras una estancia larga fuera de la ciudad y a mi vuelta, descubrí un restaurante con un chef mexicano que hacía una comida de fusión no al uso, evidentemente el manejo de las pimientas y los ingredientes del país eran reconocibles pero su interacción entre la cocina oriental y francesa, más que atrevida nos parecía excitante. Como muchos locales diferentes desapareció y nunca supimos más.
Por otra parte, hacía tiempo que me perdía sistemáticamente por el Puntillo del sol intentando encontrar el Amaranto, y tras varios intentos fallidos, una noche estaba abierto. Un antiguo chalet blanco, con tres salas y las mesas adecuadas, decoración sencilla sin pretensiones. Un público mayor y refinado, algún extranjero vecino, pero en general tranquilo. La atención correcta a manos de la camarera-sumiller-jefa de sala y en la cocina oficiando Armando Saldanha reencontrado.
La carta de temporada se ve enriquecida por platos que varían según el mercado. Desde el comienzo notamos que esta cocina no es la del Ágave, sí se perciben los elementos de fusión pero hemos pasado de lo oriental a lo mediterráneo y con unos toques “creole” muy interesantes; a mi personalemente me indican una evolución y eso ya me gusta.
El chipotle aromatiza la mantequilla con la que untamos unos panes con semillas. La noche es calurosa, nos quedamso solos en el restaurante y comenzamos con un suave gazpacho de fresas que tiene una textura de espuma. Nos recomiendan los bocadillos de sardinas, claro ¿cómo no vamos a comer eso?, nos llega un plato de cristal con unas finas láminas de pan de maíz con una sardina fresca desespinada y una vinagreta con aritos de cebolla roja, naranja y salvia, ni decir que estaba espectacular. Ya habíamos tomado la primera copa de un Naia 2006 bien frío y nuestro paladar estaba preparado para nuevas sensaciones. Qué mejor que un tartar de atún, con reminiscencias a cilantro y para mi gusto quizás, demasiado triturado, pero sobre unos totopos calientes nos recordaba a una guacamole distinta. Seguimos con una coca de foie y escalivada todo ello recubierto con un a capa de caramelo, complemento ideal para el foie, bastante correcto. Para terminar un lomo bajo macerado con enebro y tomillo y pimienta de cristal, que si bien en esta ocasión el corte de carne no era perfecto nos resultó muy interesante. Y aún tuvimos espacio para los postres, también hechos en la casa, todos ellos acompañados con su vino generoso ad hoc (Testamento de Abona y Brumas de Ayosa).
El royal de fruta de la pasión con espuma de coco y granizado de menta resume el concepto de las distintas texturas y sabores. Muy original la copa de cítricos con gelatina de manzana y sorbete de limón. Más pesado nos resultó la sopa de chocolate blanco, helado de nuez y parchita con aceite de albahaca.
La cuestión es que salimos satisfechos por la comida y por haber encontrado un nuevo restaurante que tiene el encanto de encontrase en un lugar singular, de difícil acceso y de vistas refrescantes.
1. Tartar de atún.
2. Lomo bajo macerado.
3. Coca de foie.
4. Royal de fruta de la pasión.
Precio medio: 35 euros por persona
AMARANTO
Avenida de Roma, 24 (Urbanización Puntillo del Sol)
El Sauzal. Tenerife.
[+34] 922 575 047
Un comentario, Comentarios o Pings
BARRAQUITO
SIN DUDA ES UN SITIO QUE NO DEJA NADA A LA IMAGINACIÓN PARA CONVERTIRSE EN TODA UNA EXPERIENCIA EL AMBIENTE, LOS AROMAS Y EL MARIDAJE CON LOS VINOS NOS APROXIMA A LOS MAS SUBLIMES SABORES QUE MAS SE PUEDE PEDIR EN UNA VELADA ES UN LUGAR UNICO…UN REFERENTE GASTRONOMICO EN LA ISLA.
EXELENTE SITIO Y EXELENTE COCINERO!!
jun 25th, 2008
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