Son 17 los años que Luis Tamargo y Javier Bartolomé llevan al frente del Restaurante Aguaviva en Playa Honda. Como ellos bien dicen casi todos llegamos por el “boca a boca”. Algo sorprendidos por el nivel gastronómico, si se sabe buscar, de Lanzarote, esa noche ibamos a degustar una cocina memorable. La noche era fresca y ventosa y nos costó un par de vueltas encontrarlo, pero localizamos el chalet con su caja de luz con el logo, una aguaviva azúl eléctrico.
Una vez dentro, un ambiente acogedor entonado en ocres, con zona perfectamente separada entre fumadores y no fumadores. La decoración podría ser la de una casa de veraneo. El servicio correcto. Luis es muy amable y lleva la sala con meticulosidad. Aparte de la carta nos hace sugerencias del día. Ése es un detalle que siempre me ha gustado, sobre todo en restaurantes con cartas comedidas.
Nos decidimos por un caviar de oricios, presentado de forma tradicional y sin ningún aditamento extraño, sólo él mismo y pan tostado con sésamo. Habíamos elegido un Tokaji como vino; es curioso que entre los elementos esperables de la bodega se encuentren estos guiños exóticos. Fuera de carta, había un revuelto con piperrada y jamón “pasado por la sartén” completamente casero. Tras ello, pedimos unos langostinos al curry. Me gusta pedir platos completamente diferentes para valorar el grado de consecución de los sabores, un buen cocinero marca su sello pero no todo sabe a lo mismo. Javier nos demuestra su conocimiento culinario, están hechos al estilo colonial, con mantequilla y leche de coco, como elemento refrescante, palmito. Oriente y occidente. El resultado, una untuosidad exquisita. Se acompaña de arroz basmati y unas láminas de jengibre marinado. El plato hubiera aguantado un poco de picante. Terminamos con un bacalao a media sal hecho con zamburiñas. Su confección, la clásica de una merluza a la vasca con el cambio de las gambas por las zamburiñas. Realmente apetitoso.
¿Cómo no ibamos a tomar postre?. Unos financieros con crema al azafrán (es curioso como se redescubre este bizcocho decimonónico hecho con almendras y clara batida). Y yo, un gin tonic de Bombay en plato. En este caso, gelatina tónica-gin, salsa de limón verde y almíbar de limón confitado, entre dos finas láminas de caramelo que suavizan el amargo natural.
Salimos sintiéndonos bien tratados, sorprendidos por el eclecticismo entre la cocina tradicional y la nouvelle. Encantados de que en todos los sitios puede encontrarse una materia prima excelente, si se busca.
1. Caviar de oricios.
2. Revuelto con piperrada y jamón “pasado por la sartén”.
3. Bacalao a media sal hecho con zamburiñas.
4. Financieros con crema al azafrán.
Precio medio: 45 euros por persona
Puntuación: 4.5/5
AGUAVIVA
Mástil, 31 (Playa Honda)
35509 San Bartolomé. Lanzarote.
[+34] 928 821 505
La mejor opción de la simpatica isla de Lanzarote, la localización, la decoración, el trato amable pero a la vez discreto y la calidad de la propuesta gastronómica, hacen a mi criterio, del Aguaviva la mejor opción de Lanzarote. Muy recomendable, el paseo previo por la cercana Playa honda, al atardecer con final en el Aguaviva ( reserva previa), para una fantastica velada.
En una semana de estancia, repetimos 2 veces, a cual mejor !!!